El Cangrejo de Oro de la Catedral de Santo Domingo


El Cangrejo de Oro de la Catedral de Santo Domingo

 El Cangrejo de Oro es un símbolo histórico de Santo Domingo, creado para conmemorar la victoria de las fuerzas locales contra la expedición inglesa de 1655, dirigida por William Penn y Robert Venables, bajo las órdenes de Oliver Cromwell. Esta invasión fallida fue un momento clave para la ciudad, donde los criollos y españoles lograron repeler a un ejército británico muy superior. Un detalle curioso de la batalla fue el papel de los cangrejos de Haina, cuyo sonido en la noche generó confusión entre las tropas inglesas, que los confundieron con un ejército enemigo.

Según lo relatado por Monseñor Brito Polanco en su libro Exvotos, el Cangrejo de Oro fue fabricado como homenaje a estos animales. La pieza fue custodiada en la Catedral Primada de América y sacada en procesión cada 14 de mayo para recordar la victoria sobre los ingleses.

Sin embargo, durante la ocupación francesa de la isla a principios del siglo XIX, el general Charles Leclerc, esposo de Pauline Bonaparte, según diversas fuentes, se llevó el Cangrejo de Oro como regalo para su esposa. Pauline viajó a la isla en 1802 durante la expedición de su esposo para reprimir la rebelión en la colonia. Desde entonces, el destino del Cangrejo de Oro es incierto, ya que no existen registros oficiales que confirmen su paradero final. Es significativo un comentario hecho por la prensa francesa a la llegada de Pauline a Francia con los restos de Leclerc: "El ataúd pesaba demasiado para contener un solo cuerpo", lo que ha llevado a especulaciones sobre objetos valiosos, como el Cangrejo de Oro, posiblemente incluidos.

Aunque Pauline Bonaparte era conocida por su amor por el lujo y las extravagancias, no hay indicios claros sobre la existencia del Cangrejo de Oro en los inventarios de sus posesiones. Sin embargo, se sabe que, tras la muerte de Leclerc, Pauline preservó muchos de sus recuerdos, incluido su corazón, que fue guardado en una urna dorada. Además, Pauline entregó gran parte de sus joyas a su hermano Napoleón para ayudar a financiar la batalla de Waterloo, lo que ha llevado a la teoría de que el Cangrejo de Oro podría haber sido fundido para este propósito.

Actualmente, se están realizando investigaciones en varios archivos franceses para intentar rastrear el destino de esta pieza histórica. Entre las instituciones consultadas se incluyen los Archivos Nacionales de Francia, donde podría haber correspondencia personal de Pauline Bonaparte, así como la Fundación Napoleón y el Museo de la Legión de Honor, que podrían conservar rastros de este tipo de objetos.

A pesar de los esfuerzos, no se ha encontrado un documento histórico que describa con precisión las características físicas del Cangrejo de Oro, como su peso o dimensiones, lo que añade más misterio a su desaparición. Investigadores como César A. Herrera y Bernardo Vega han explorado estos eventos, y sus crónicas ofrecen más detalles sobre esta intrigante pieza de la historia dominicana.

Este relato refleja tanto el misterio en torno al destino del Cangrejo de Oro como la complejidad de la historia colonial y napoleónica que envuelve a Santo Domingo.

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