Defender la Cultura es Defender la Nación
Defender la Cultura es Defender la Nación: La Historia Como Muro de Contención ante la Manipulación Ideológica
"Quien controla el pasado, controla el futuro. Quien controla el presente, controla el pasado".
George Orwell, 1984
En tiempos de incertidumbre cultural y reconfiguración social, la República Dominicana se encuentra ante un desafío profundo: proteger su identidad nacional frente a la creciente presión de narrativas globales que, en nombre del “progreso” la “Democracia” y la “justicia”, pueden conducir intencionadamente o no, a un proceso de borrado histórico .
La cita de Orwell no es una advertencia sin fundamento. La historia ofrece ejemplos poderosos, como la Revolución Cultural de Mao Zedong , donde millones de vidas, libros, templos y saberes milenarios fueron aniquilados en pos de una sociedad “igualitaria”, pero construida sobre el olvido forzado. Quienes intentaban defender su herencia eran calificados como “enemigos del pueblo”, reeducados o simplemente eliminados. Hoy, nuevas formas de censura y corrección política impulsan reescrituras forzadas de la historia, lo que representa un riesgo real para las naciones con raíces fuertes, como la de República Dominicana.
La Cultura Dominicana: Más que Merengue y Mangú
La identidad dominicana no se reduce a lo folclórico: es una amalgama de resistencia taína, legado africano, herencia hispánica, batallas independentistas, exilios, literatura vibrante y espiritualidad criolla. Cada canto de salve, cada poema de Pedro Mir, cada tumba de palo en la Línea Noroeste, cada crónica de Juan Bosch, forman parte de una memoria colectiva que no puede ni debe ser reeditada por una conveniencia ideológica.
Sin embargo, hoy más que nunca, vemos intentos de etiquetar tradiciones como retrógradas, clasistas o divisivas, mientras se importan valores y discursos ajenos al contexto dominicano. Las nuevas generaciones, educadas más por las redes que por las aulas, muchas veces crecen sin conocer a los héroes de Capotillo, o incluso los poetas de la Era de Trujillo y la verdad sobre lo ocurrido en abril de 1965. El riesgo es claro: un pueblo sin historia es un pueblo sin poder.
La Importancia de las Fuentes Primarias: Salvaguarda contra la Manipulación
En este contexto, el papel del historiador y del ciudadano consciente es más crucial que nunca. La utilización de fuentes primarias , como cartas, documentos oficiales, testimonios o archivos desclasificados, es la única forma de anclar la verdad al tiempo. No se trata de nostalgia, sino de defensa.
Por ejemplo, la reciente desclasificación de documentos durante la administración de Trump sobre el asesinato de John F. Kennedy revela conexiones sorprendentes, no solo con el magnicidio del líder estadounidense, sino también con la muerte de Rafael Leónidas Trujillo , en 1961. Se confirma lo que durante décadas fue sospecha: intereses extranjeros influyeron en el destino del Caribe, y la soberanía de República Dominicana fue utilizada como ficha en el tablero geopolítico. Sin estas fuentes, la verdad seguiría enterrada bajo versiones oficiales.
Cultura y Democracia No Son Opuestas
Al contrario de lo que se argumenta desde ciertos discursos globalistas, defender la cultura no es oponerse al progreso, sino enraizarse en lo auténtico . Un país que olvida su historia no avanza, solo repite errores con nuevos nombres. La justicia y la equidad no requieren borrar monumentos, sino contextualizarlos; no exigen destruir el idioma, sino enriquecerlo; No consisten en censurar ideas, sino debatirlas con rigor.
En vez de importar revoluciones culturales, la República Dominicana necesita una revolución educativa , que enseñe historia crítica, anime a consultar archivos reales y devuelva a sus jóvenes el orgullo de saberse parte de una nación que ha resistido dictaduras, invasiones y manipulación extranjera sin perder el alma
Sin Memoria No Hay Futuro
La verdadera amenaza para los pueblos no está en su pasado, sino en la imposición de un presente sin raíces. Defender su cultura es defender la capacidad de decidir su destino. Los dominicanos no pueden permitir que su historia sea silenciada, ni que nuestra identidad se diluya.
Hoy más que nunca, la consigna es clara: Defiende tu cultura o la destruirán por completo.
Fdo Jose Brihuega
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